Exhibición aérea de la Fundación Infante de Orleans

Esta es la crónica de la actividad del pasado Domingo: ¡gracias Mario por el texto y a Esteban y a Martha por las fotazas!

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El pasado domingo 7, como actividad del club, acudimos a la exhibición aérea de la Fundación Infante de Orleans en el Aeródromo de Cuatro Vientos de Madrid.

Dicha fundación se dedica a custodiar una colección de aviones clásicos, mantenerlos en el mejor estado posible de conservación y funcionamiento, y una vez al mes exhibirlos al público, tanto en tierra como en vuelo. Aunque en principio la relación de dicho evento con nuestro club pueda no apreciarse a primera vista, debemos recordar que la carrera espacial no es sino una extensión de la historia de la aviación, y el anhelo del ser humano por conquistar los cielos y el espacio. Además, ya nos lo recordaba la intro de Star Trek Enterprise.

Nos juntamos un nutrido grupo de socios y amigos que pudimos disfrutar de una fría pero muy agradable mañana al aire libre. Algunos no pudieron resistir el impulso de aplicar su afición por el cosplay a la temática del día y ataviarse de pilotos más o menos de época.

Durante la primera parte de la exhibición pudimos contemplar de cerca los aviones de la colección posados en tierra. Nos llamó mucho la atención la espectacularidad de algunos modelos, como el famoso HA-200/220 «Saeta», primer avión a reacción construido en España; el curioso diseño de algunos cazas como el Policarpov I-16 «Mosca»; y la aparente fragilidad de algunos de los aviones más antiguos. Posteriormente llegaba el plato fuerte: la exhibición en vuelo. Dependiendo de las posibilidades de cada aparato, pudimos ver desde sencillos giros, pasando por vuelos en formación cerrada, hasta auténticas acrobacias.

Además de los habituales de la colección, este día también estaba presente el campeón nacional de vuelo acrobático, con un avión moderno y especializado en ese tipo de vuelo, al que la Fundación había aportado un generador de humos para hacer más visible su trayectoria. Nos deleitó con una colección de maniobras absolutamente impresionante.

Al acabar la exhibición comimos al aire libre y alargamos un rato la sobremesa. No podemos dejar de mencionar la vieja gloria automovilística en la que vino nuestra amiga y socia Covadonga: un Jeep del año 72 que causó casi tanta sensación como los aviones.

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