¡Adiós, Nieves!

Oímos el tintineo del transportador, miramos … y ya no estabas. Te habías marchado ya. Sin decir nada, sin hacer ruido: no querías molestar.

No querías preocuparnos, no querías causarnos dolor, no querías que reviviéramos aquellos días tan tristes que siguen en el recuerdo de todos … y no nos dijiste que te estabas yendo, que la enfermedad ya te estaba arrancando de entre nosotros, que estaba llegando el final.

Ya no estás aquí y nos dejas un agujero muy grande. Porque, por más discreta que quisieras siempre ser, eras parte fundamental de nuestra familia, ¡porque somos familia! Eras nuestra memoria del movimiento asociativo trekkie, de sus convenciones, eras la espina dorsal del club de Dr. Who, eras un engranaje imprescindible en nuestro club y, antes que todo eso y sobre eso, eras nuestra compañera y nuestra amiga.

Apenas te has ido y ya te echamos en falta, te necesitamos… ¡¡teníamos tantas cosas por hacer, tantas cosas sin terminar!!:

Tenemos que terminar esa campaña de La llamada de Cthulhu. Sabes que me contagiaste tu obstinación con que a nuestra edad comenzáramos a jugar a rol … ¡y lo conseguimos! … pero necesitamos que tu personaje, Lady Rathen, nos ayude contra los sectarios…

Tenemos que preparar esa charla sobre Assimov y Star Trek, ¿cómo encuentro ahora alguien que tenga tu nivel sobre literatura clásica de ciencia-ficción y discutir de este y de tantos temas?

Tenemos que seguir con los debates de ST Entre Amigos… terminar el visionado de Voyager y ponernos con Enterprise… ¿quién nos compartirá ahora comentarios tan agudos como los tuyos.

Tenemos que organizar para el año que viene la celebración del 60 aniversario de Dr. Who ¿Cómo vamos a hacerlo sin ti, sin tu experta aportación?

Y en las próximas convenciones ¿cómo voy a ser capaz de montar una mesa redonda y que no estés entre los tertulianos? Siempre que pensaba algo, contaba con la certeza de que estarías disponible cuando pidiera voluntarios… ¿y ahora?

Disponible para todo, para cualquier necesidad del club. Sobre todo, para esas importantes y que no se ven, las que no trascienden.

Pero… te has marchado sin decir nada, sin hacer ruido … sin molestar… y estoy enfadado porque necesitábamos que nos hubieras “molestado” cuando te estabas yendo. ¡Lo necesitábamos porque eres parte de nosotros y queríamos acompañarte y estar contigo en ese último tramo del viaje!

No nos hemos podido despedir y sólo puedo escribirte ahora estas líneas. No te apures, no, no es cierto, no estoy enfadado. Sé que sólo estabas siendo fiel a ti misma y nos estabas enviando, a tu manera, una muestra final de afecto. Lo hemos entendido. Por eso quiero también enviarte ahora todo nuestro cariño. ¡Guárdalo siempre contigo!

¡Adiós, amiga Nieves, querida oficial científica y querida companyon!

Javier


¿Qué añadir tras las palabras de Javier?, suscribo cada una de sus líneas.

Nieves, nos conocimos en mi primera convención, en el 2007 en nuestro hotel de siempre, desde entonces y poco a poco, fuimos cogiendo confianza, y participando en un montón de eventos, compartiendo un montón de buenos ratos, gracias a ti empecé a ver Dr. Who, del que solo recordaba de pequeño la cabina dando vueltas y la música de la cabecera, y tu junto al club de Dr. Who me enseñasteis a entenderla y a quererla.

 

Pero por encima de esto y todas tus demás aportaciones al mundo Trekie, quiero destacar tu amistad y sobre todo la confianza que teníamos, siempre sabía que podía contar contigo y además que todo lo que hacías era para ayudar y mejorar, ya fuera una actividad del club o un evento.

 

Incluso en la última Cifimad, recuerdo cuando me dijiste que, aunque estabas en tratamiento, contáramos contigo porque a no ser que estuvieras peor, harías tus actividades. Y ahí estuviste dándolo todo.

 

A partir de ahora te echaremos mucho de menos, porque eres una parte importante de nuestra familia desde hace muchos años.

¡Un fuerte abrazo!, tu amigo Esteban.

 

 

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